El Ayuntamiento de Isla Cristina ha lamentado y mostrado su repulsa por la agresión de la que ha sido objeto ayer mañana uno de los controladores que regula la Zona O.R.A., así como los insultos y coacciones de algunas personas, conductores y viandantes, contra otros de sus compañeros, que durante estos días y hasta el próximo 1 de Agosto que comience a funcionar el sistema de aparcamiento regulado, realizando labores informativas.
Esto es el fruto de la campaña de intoxicación que algunos partidos políticos y allegados a éstos han puesto en marcha de forma inconsciente y electoralista con tal de desgastar a los mandatarios locales, sin valorar hasta donde pueden llegar estas acciones y que hoy, por desgracia, se ha materializado en una agresión que esperemos sea la última.
Y es que, a pesar de que la Zona ORA de Isla Cristina tan solo estará vigente durante el mes de agosto y quince días de septiembre, algunas formaciones políticas, como PP e IU, tergiversan, manipulan y caldean a una población susceptible de recibir mensajes confusos de forma interesada y partidistas. De hecho, uno de los precursores de la recogida de firmas contra la Zona ORA ha sido concejal del Partido Popular, Juan Carlos Vélez, quien se despidió del pleno diciendo “desde fuera seguiré colaborando con mi grupo”, frase que ahora cobra sentido y su partido lleva una moción al respecto para el próximo pleno.
La otra formación que también ha tomado partido en la campaña de desinformación es Izquierda Unida, que a través del recién llegado a la política, Sebastián de la Palma, se postula contra la popularmente conocida como Zona Azul y que, paradójicamente no afecta a ninguna de las calles del barrio donde comienza a desempeñar su precampaña electoral para darse a conocer.
No pasa desapercibido que estos partidos políticos no presenten las mismas iniciativas, quejas y mociones en aquellas poblaciones donde gobierna y donde la regulación de los aparcamientos está permanentemente funcionando durante todo el año.
Recordar que el municipio isleño ha sido el último de similares características y población de la costa en instaurar el sistema, a todas vista necesario para regular un tráfico de vehículos que se triplica con la llegada masiva de turistas y que unido a los locales se hace a veces imposible encontrar aparcamiento en determinadas zonas de la localidad, a lo que hay que unirle una relación de tarifas bajas respecto a otras poblaciones y primando a los residentes y los accesos a las playas, así como la creación de los casi cuarenta puestos que la empresa adjudicataria ha ofertado.
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