El día 16, festividad de la Virgen del Carmen, tras de la Misa que fue cantada por la Coral Padre José Mirabent, dirigida por Aurelio Jara, y presidida por Carlos Javier Rodríguez Parra, tenía lugar en la Casa del Mar, el acto Homenaje al Marinero en la persona de Juan López López.
Y cuando sonaban las 8 de la tarde, junto el repicar de campanas, el estampido de los cohetes y los sones de la Banda de Música, la Señora del Carmen estremecía los corazones de cuantos abarrotaban los aledaños de la parroquia de Los Dolores. Desde allí partió hacia la residencia de los mayores, Virgen del Carmen. Y su camino fue ya en busca de su mar. El puerto hecho un hervidero de una multitud que se apretujaba para no perderse ese momento precioso donde los marineros cargadores despojan la parihuela del paso para subirla a bordo del barco “Hermanos Galloso” .
Es un momento de auténtica emoción porque siempre es una difícil y costosa tarea que solo los jóvenes pueden superar. Ya la Virgen del Carmen se adueña del agua salada de los mares de nuestro sur que se hace lengua y nos llega hasta casi los umbrales de nuestras casas. Así abre motores el patrón que guía el gran barco y lo conduce por enésima vez, hasta el puerto de la Punta del Moral. En esta ocasión el puerto, debido a la gran marea, quedaba a varios metros de donde la Virgen del Carmen hacía su saludo a su homónima de los punteros. Rezos aplausos y vivas se cruzaban en la tarde que ya caía desesperadamente. Bengalas surcaban con su color rosa fuerte, el cielo del Carmelo y tras las oraciones y ofrendas de flores por los difuntos, un niño desgarraba su preciosa voz cantando al sentimiento de la Virgen del Carmen.
Ya en tierra, la Virgen es recibida como a su partida. El puerto recibió desde sus barcos el saludo que cada año otorga A su Virgen marinera.
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