El Memorial José Cañavate de ciclismo tendrá lugar en Isla Cristina el domingo día 26, y será presentado por Francisco Zamudio a los medios informativos el jueves día 23 a las 13,00 horas en el Hotel Barceló.
La prueba cicloturística José Cañavate, que ya va por la XII edición, es una carrera no competitiva que se inicia desde el Pabellón de Deportes isleño, aunque al final del recorrido se viene haciendo por los propios ciclistas un sprint hacia la meta, pero es un encuentro del mundo amante del deporte del pedal en el que participan más de 300 corredores de todas las categorías, algunos de renombre internacional, como Paco Mancebo, Pablo Lastra, y otros famosos, pero también simples aficionados, como el pintor Pedro Quesada, que no se pierde un año, haciendo un recorrido a bue ritmo hasta las primeras poblaciones del Andévalo y regreso, que les lleva toda la mañana, se puede observar en el cartel, para después en una sana camaradería reunirse en una comida que les ofrece el Servicio Municipal de Deporte realizada por los propios miembros del SMD con aportaciones de comerciantes e industriales locales.
La familia Cañavate dona un singular trofeo, con el que la organización de la prueba homenajea a una de las figuras o institución que participa.
Este encuentro anual se coordina desde la concejalía de Deportes, que lleva Juan García, y es una continuación cada día más potenciada, que data desde hace mucho tiempo y con ella aparte del movimiento deportivo que gusta a todos cuantos acuden, se hace un recuerdo al fallecido ciclista José Cañavate Casanova, quien a lo largo de toda su vida promocionó el ciclismo local, colaborando altruistamente con el Ayuntamiento en la organización de pruebas ciclistas de todo tipo, como aquellas celebres de las carreras de cinta en bicicleta, o la traída durante muchos años de la Vuelta Ciclista a Andalucía, coste que sufragaba personalmente en su mayor parte. Siendo concejal de Deportes Enrique Jabares, trajo la Vuelta a España a Isla Cristina, la única vez que lo ha sido, y constituyó una meta volante con el nombre de José Cañavate. También el Ayuntamiento le honró dándole su nombre, es decir, su apellido, a la calle en la que vivía.
Seguro que Cañavate, desde el cielo, porque era una buenísima persona y el mejor ciudadano, sonreirá complacido beatíficamente.
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