La Virgen del Mar con sus hijos los punteros
Un año más, la Virgen chiquitita y preciosa que trajo D. Manuel Gómez Orta para la Punta del Caimán, desparrama su aroma de sol y sal en una tarde que su mar la abraza y la mece para dejarla tras su largo paseo por la ría y el mar, mismo a la orilla de esa Punta, donde sus jóvenes hijos se multiplican y se echan materialmente al agua para bajarla del pequeño barquito, que haciendo de puente ha trasbordado a la Señora, desde la embarcación que este año tuvo el honor de llevarla por las aguas, y que ha sido el “Abuela Mariana”.