Queridos lectores:
Está a punto ya el día 31 de diciembre, fin de año, fin de una etapa para mí, pues llegó la hora de la despedida que anuncié hace algunos meses y que en la edición impresa en diversas ocasiones he venido informando sobre la evolución del proyecto en el que me embarqué, como fue la creación de la Asociación Amigos del Periódico La Higuerita para que diera continuidad a la edición impresa que durante casi 32 años he mantenido como editor, pues creí era la hora de dejarlo en otras manos.
El pasado día 15, último número del año, me despedía de los lectores de esas queridas páginas, proponiéndome entonces despedirme a final de mes de los queridos lectores internautas repartidos por el ancho mundo. Hoy día 30 de diciembre lo hago. No he podido hacerlo antes.
“Quiero dar miles de gracias a los cientos de personas que me ayudaron a caminar en tan largo sendero”
La emoción al escribir esta despedida a través de Internet es igual a la que sufrí en la noche del martes día 13 cuando escribí atropelladamente unas columnas como Última Carta del Editor. Hoy traeré parte de aquel texto y lo incorporo a las líneas que envío a través de la Red. Me cuesta escribirlas porque todas las despedidas son tristes. Y esta no iba a ser menos, y es que también ni quería ni podía evitarlo.
Es que lo tengo que hacer porque quiero dar miles de gracias a esos cientos y cientos de personas, entidades o empresas que me ayudaron a caminar en tan largo sendero, pero son tantas, que no puedo citarlas porque ocuparían varias páginas. Unos viven cerca o lejos de nosotros, otros se fueron a la Eternidad y hasta allí quiero que llegue mi gratitud, recuerdo y sincera oración. Pido disculpas, porque los agruparé sin dar sus nombres, sólo los inevitables, para evitar alguna omisión involuntaria, pero todos ellos han quedado grabados en mi memoria y en mi corazón agradecido.
Llegó el final de esa frenética actividad que me impuse hace más de 30 años cuando mi amigo Juan Bautista Rubio Milá cerró su periódico, heredado de su padre, don Juan Bautista Rubio Zamorano, en el que empecé a publicar mis primeras cuartillas cuando tenía 14 años, y generosamente me cedió la cabecera para convertirla en mi periódico, nuestro periódico, el de todos, para que no muriera, una tarea difícil viviendo en Madrid, y por eso, al menos, debo de reiterar al irme lo que siempre he dicho, mi sincera gratitud a tanto apoyo como he tenido en todos esos años, de lectores, cientos de suscriptores que nos respaldaron desde un principio junto a las personas que se sumaron a la tarea en aquellos primeros momentos en que asumí la edición; también a los muchos anunciantes, sin distinción, no debemos hacerla, de ayer y de hoy, y a los que vengan mañana para perpetuar la obra; los compañeros y colaboradores del periódico, siempre sentí su cariño; Ayuntamiento, con alcaldes y concejales de todos los colores, me honraron y honraron a mi periódico concediéndole la Medalla de la Ciudad, ahora queda que la alcaldesa lleve a Pleno hacerlo socio fundador protector, (nos ha reiterado que lo hará); Diputación Provincial, generosa al otorgar a La Higuerita la Medalla de la Provincia, que siempre que acudí, me escuchó; autoridades, políticos de derecha, izquierda y centro, convertidos en amigos a los que guardo y guardaré afecto personal; altos dirigentes de Volkswagen-Audi España, Endesa y AIQBE, que vieron en La Higuerita algo más que un periodiquito de pueblo, me atendieron e insertaron publicidad en nuestras páginas; a los periodistas y medios de comunicación locales, provinciales, regionales y nacionales, que se han referido con cariño muchas veces a esta publicación; a la Asociación de la Prensa de Huelva, mi querida asociación, que distinguió por su trayectoria de casi un siglo entonces al decano de la prensa de la provincia con el prestigioso premio Ángel Serradilla; también y en especial, a las más de 160 personas o empresas que respondieron afirmativamente a mi petición inscribiéndose como socios para respaldar a la Asociación Amigos del Periódico La Higuerita que con la ayuda de buena gente hemos fundado para que estas páginas tengan continuidad; a todas las corales isleñas y a sus directores, así como a la Banda de Música, que siempre colaboraron altruistamente en cuantas ocasiones pedimos su apoyo y cómo olvidar al gran músico y director de banda Bartolomé Pérez Botello, que compuso para honra de cuantos formamos La Higuerita aquella magnífica partitura “Decano y Centenario” para conmemorar los 100 años de nuestro periódico. Y habrá más personas o entidades a las que dar las gracias.
“Sé pedir perdón y lo pido, a quienes sin querer hayamos podido lastimar”
Otra excepción de gratitud particular les ruego me permitan, porque sería ingrato no personalizarlo: A Paco Chávez, Begoña Flores, Aurora Soto, Joaquín Real “Pantiga” y a la Imprenta Isla Cristina, por el permanente y buen entendimiento que hemos tenido en el trabajo diario hasta el último minuto. Y a todos los demás colaboradores igualmente.
También se pedir perdón y lo pido, a quienes sin querer hayamos podido lastimar. No ha sido nunca esa la intención. Y si ocurrió, fue fruto de mi torpeza que no lo vio. Asumo el error.
“Que no se pierda la esencia de La Higuerita, heredada de tantos años”
De la Junta Directiva emanada de la primera asamblea, en la que para estar cerca soy el último vocal, y de las que puedan sucederle en el tiempo, espero el respeto debido para con La Higuerita, que con los cambios técnicos o periodísticos que consideren, que no se pierda la esencia heredada de tantos años, dejada por don Juan Bautista Rubio Zamorano, que yo mismo he intentado mantener durante mi etapa, porque La Higuerita es algo especial, frágil, íntima, casera, muy familiar, pueblerina si quieren, pero que forma parte del alma de Isla Cristina, que nuestros mayores crecieron y envejecieron con ella y no la abandonan, por eso perdura. Y sus hijos, los que están fuera, cerca o lejos, la sienten más que los que están aquí, porque necesitan el calor de su cariño, y La Higuerita se lo da y los recuerda. Algunos no han escuchado la permanente llamada para que se hicieran socios de la edición impresa. La pereza les ha podido y han preferido pasar de largo. No se han dado cuenta todavía que La Higuerita necesita de todos y precisamente el leerla gratis en Internet no es obvio para darse de alta y proteger la edición principal que es la impresa, porque con su falta de apoyo a ella, minimiza la ilusión de mantener potente la edición digital. La Higuerita no debe perderse, y por ello hemos luchado. Algunos lectores internautas que no lo eran, se han hecho socios protectores. Muchas gracias.
Pido todo el apoyo para Esteban Magaz y el nuevo equipo
El día 1 de enero empieza una nueva etapa en la que esta publicación va a ser editada por la Asociación Amigos del Periódico La Higuerita, presidida por Esteban Magaz, que será también el director, para quien pido todo el apoyo, porque me ha demostrado su gran predisposición altruista y porque aglutina en su Junta Directiva a un grupo de personas que están dispuestas a mantener vivas estas páginas, que serán remozadas, como también esta Web, que ya es www.lahiguerita.es.
Por último junto a nuestra gratitud pedir un favor a suscriptores y socios protectores: Sean tan amables de mandar un correo o telefonear al 959 33 24 97, de 11,00 a 13,00, para dar a Aurora Soto, la secretaria, los 24 dígitos de la cuenta bancaria donde domiciliar la cuota de suscriptor o socio protector. Por favor, no lo olviden. Quienes lo han dado ya, no hace falta lo repitan pero sí los demás.
Muchas gracias a todos por la atención que nos han prestado tanto tiempo, a nosotros y al periódico La Higuerita, en cuyas páginas alguna vez, si Dios quiere, nos asomaremos para sentir el calor de sus lectores.
Que tengan todos un Feliz Año Nuevo lleno de salud y prosperidad.
Rafael López Ortega
La llama de su ilusión por mantener un periódico está asegurada. El testigo recogido por el nuevo equipo de gobierno tiene ante sí el desafío de los nuevos tiempos. En ello está empeñado el equipo entrante que cuenta con la voluntad de muchos.
¡Gracias Rafael!